Los beneficios económicos del libro irán destinados a proyectos sociales -tras cumplir con el pago de los derechos de autor-

La nueva obra de Jesús Tíscar pretende no dejar indiferente a nadie. Publicada por la joven editorial Marli Brosgen, su venta acaba de lanzarse y ya está disponible en su web. Debido a la situación de emergencia sanitaria, de momento, no se hará una presentación oficial de este nuevo libro, el cual ha sido gestado durante los meses de confinamiento.

El afamado escritor jienense cuenta ya con diez títulos, muchos de ellos reconocidos con importantes galardones literarios como el Premio de Novela Negra Getafe por su obra ‘La japonesa calva’ o el Premio de Novela Felipe Trigo por ‘La Poetísa’. Las múltiples facetas literarias de Tíscar pasan también por el teatro, los cuentos, artículos en periódicos y guiones.

En palabras del autor, este libro cuenta las venturosas desventuras del homónimo alter ego de su autor. Un diario que repasa desde el principio del confinamiento en el mes de marzo, distintas vivencias fantásticas de su protagonista que rozan el surrealismo más sarcástico. Estamos ante una historia de amor, una broma pesada, una estatua manchada de palomas, una distopía viejuna, en definitiva, una confesión profunda que invita a ser leída.

Los beneficios empresariales de este título irán destinados a proyectos sociales -tras cumplir con el pago de los derechos de autor-. Esta es la filosofía de la joven editorial Marli Brosgen, que pretende dar voz a escritores, escritoras y artistas que representan de una forma u otra el enorme valor de la contracultura en nuestro país.

Sinopsis: Diario inusitado de un tipo en desuso

Este libro irrepetible cuenta las venturosas desventuras del homónimo alter ego de su
autor, que vive en las páginas de este libro, vestido de anís y de diario.
Este libro, que sostienes, es una distopía viejuna y relumbrona que enseña, entre
reflejos de los espejos del Callejón del Gato, la patita de una realidad que no esconde,
por debajo de la puerta del caserón fabulado en que sobrevive a su encierro jienense.
Y al esperpento de la realidad desde su esperpento.
Este libro cuenta una historia que no sucedió y que por eso fue escrita. Pero que pudo
haber sido. Como todas las historias. Pero mejor.
Pero este libro, este libro, es muchas más cosas.
Este libro es un ejercicio de arquitectura lexicográfica. Un compendio rijoso de giros,
gramáticas, arcaísmos y verdad.
Este libro es una historia de amor. Como son de verdad esas historias, estúpidas,
esdrújulas y bellas.
Este libro es una broma pesada. La caricatura de un abismo. Una forma de jugar a la
petanca.
Este libro es, exactamente, lo que dice que es este libro que sostienes.
Este libro es una estatua, manchada de palomas y de hollín y de musgo intermitente.
Y este libro, éste que sostienes, es, además de todo lo que es este libro, una confesión.
Una confesión tan inocente y preciosa que no nos ha dejado más remedio que
sostener, entre las manos, este libro.
Y ahora en serio: pasen. Y lean.

Frases de Diario inusitado de un tipo en desuso

Hay una especie de acuerdo tácito entre los dos: ¿y si hablamos menos y
así no la cagamos? Porque lo que nos dijimos hace una semana, cuando el
pordiosero Pidarra nos reunió con su mensajería, mejor será que se quede
en el olvido y no haya elipsis ni retrospectiva ni recurso narrativo alguno
que lo resucite. ¡Es que no quiero contarlo! Eso pasó y pasó. Aquella
conversación la tuvimos y la tuvimos. ¡Vaya si la tuvimos! Pero me niego a
dejar constancia en estas páginas de ese episodio tan enojoso, por ella, lo
hago por ella, por su honor, bueno, y un poco también por el mío, no vaya a
ser que este cuaderno se publique algún día y buena parte del mundo se
entere.

Y sí, ya lo sé, una vez más lo he estropeado todo con mis historias, lo sé, lo
sé, lo sé, Eva tiene razón, ¿pero por qué dices cosas tan bonitas y luego las
echas a perder asquerosamente con añadiduras tan innecesarias como
indigestas?, me pregunta. Y como yo no sé qué contestarle, le quito un pelo
que a lo mejor tiene en el jersey y me lo pongo en el mío, en mi jersey, su
pelo, eso cuando llevábamos jersey, porque ahora hace un calor tahonero y
ya se sabe lo cachondísimo que pone el tahonero calor de esta primavera
enmascarada, sobre todo a la hora de la siesta y con un morcardón
zumbando a ras de… Vale, me callo, me callo. O me lo guardo para luego,
mejor.

Me he contagiado de la prosa enrevesada y simplona que ocupa la mayor
parte de este cuaderno (que huele al precinto de plomo que tenía el frasco
de Maderas de Oriente que mi madre nunca estrenó), el cual llevo leyendo
sin que él lo sepa desde hace tiempo, como es obvio y natural, para eso
están los diarios secretos de las personas que amas tanto, tanto, tanto, que
al final no tienen más remedio que abandonarte. Voy a ver cómo vomita.